Eso de "¿Quedamos para tomar café?" en verano puede llegar a resultar idílico. Hasta el estilismo para una terracita a primera línea es de revista. ¡Si es que debería ser verano todo el año! Los vestidos largos vaporosos son mi prenda fetiche para esta época. Aunque tengo que confesar que los exploté tanto el verano que estaba embarazada, que al siguiente no me los puse ¡ni una vez! Los aborrecí, al igual que otras tantas cosas que llegas a detestar, debido al excesivo desarrollo olfativo que se produce. ¡Qué barbaridad! Pero lo de los vestidos largos creo que lo tengo superado. De hecho, no podía dejar de mostraros este look de chiringuito de playa, que rebosa estilo por los cuatro costados. La combinación de colores es perfecta, así como el toque étnico del collar junto con el aire rústico que aportan siempre un capazo de esparto o unas cuñas.
Un bolso de estas dimensiones es lo que yo necesito. ¡Puedes llevar de todo! Desde un fular para sentarte sobre la arena, hasta las mil y una cosas que necesita un niño cada vez que pones un pie fuera de casa. Es increíble todo lo que tienes que coger para ir simplemente a dar un paseo. Además, no sé a vosotras, pero a mí siempre siempre se me acaba olvidando algo.
Vestido: Pull&Bear.
Cuñas: Stradivarius.
Collar: ¿Qué me pongo yo?
Gafas: Gloria Ortiz.
Capazo: lameretriz
Sombrero: puesto de Ibiza.
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