Hoy vengo con falda de vuelo de efecto cuero. En mi caso, el uso de la falda crece, más incluso, en la temporada de otoño-invierno. El otro día os lo hacía saber en este post con total look efecto cuero. Y es que, al llevar medias (las medias tupidas me encantan), me siento incluso más segura de mí misma que en verano. Bueno, hay que decir que cuando estamos mínimamente bronceadas, con aplicarnos un poco de crema hidratante, todo luce mucho más. Ahora, sin embargo, la cosa cambia y hemos de ir cambiando de táctica.
Lo que sí es verdad es que aporta seguridad acortar el largo de la falda, sabiendo que no se nos va a ver nada, por muchos movimientos que hagamos en nuestro día a día. Así que, aunque los vaqueros me tienen prendada y me siento muy cómoda con ellos (de hecho, se trata de la prenda más versátil que han inventado), de vez en cuando ponernos falda nos hace exaltar, más si cabe, nuestra feminidad. A mí me ocurre como cuando era niña y los domingos tocaba vestido, sobre todo cuando me inclino por una de vuelo.
Lo que sí es verdad es que aporta seguridad acortar el largo de la falda, sabiendo que no se nos va a ver nada, por muchos movimientos que hagamos en nuestro día a día. Así que, aunque los vaqueros me tienen prendada y me siento muy cómoda con ellos (de hecho, se trata de la prenda más versátil que han inventado), de vez en cuando ponernos falda nos hace exaltar, más si cabe, nuestra feminidad. A mí me ocurre como cuando era niña y los domingos tocaba vestido, sobre todo cuando me inclino por una de vuelo.
En ocasiones me gustaría haber vivido en los años 50. Las mujeres irradiaban elegancia marcando curvas, ciñendo su cintura, con esas faldas justo por debajo de la rodilla que movían tan sutilmente al andar, y luciendo guantes infinitos, cuya manera de quitárselos era incluso más sensual que la forma en que los lucían. Aunque pensándolo bien, me quedo en el 2014. Y es que, además de las múltiples posibilidades que nos ofrece hoy en día la moda, en cuanto a modernidad, sport, comodidad, desde un punto de vista muy femenino gracias al uso y permitido abuso de los complementos, también podemos remontarnos a los 50 siguiendo el patronaje de Christian Dior, con su New Look de 1947. Echadle un vistazo a estas faldas para el 2014. Veréis que se marca la cintura más que nunca, reaparece el vuelo y no sólo triunfa la mini, sino también aquella que sólo deja ver parte de las extremidades inferiores, que se esconden tras metros tela que forman pliegues u ondas.
Y otra de las tendencias actuales está constituida por los cuadros. Si hace un tiempo cada persona podía catalogarse en un determinado estilo a la hora de vestir, hoy vemos cada dos por tres cómo se describe un look que aúna en sí mismo: camisa de leñador, pantalones de pinzas, chaqueta motera, salones y shopping bag. Así, no necesitamos formar parte de un estilo determinado (quien quiera está en su perfecto derecho), sino que cada día tenemos la posibilidad de reinventarnos, dependiendo del humor con que nos hayamos depertado. Y como yo me desperté medio clásica, medio moderna, pues decidí juntar cuero y cuadros, sin dejar de lado un mantón de lana que me viene de perlas para cubrir la garganta en esta temporada en que los virus son nuestro peor enemigo. El largo de la falda, o mejor dicho, el corto, prefiero combinarlo con botín plano si voy a perseguir a mi enano por los largos pasillos de un centro comercial. Queda claro que me siento segura con medias tupidas, pero tengo cierto sentido del ridículo... Así que no hace falta montar el show. Llevar un bolso pequeño que en cualquier momento puedas cruzártelo también ayuda cuando tu hijo se va metiendo en los probadores y casi tienes que pescarlo para evitarlo.
Y vosotras, ¿mezcláis mini de cuero y camisa de cuadros?
Y vosotras, ¿mezcláis mini de cuero y camisa de cuadros?
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