Difícilmente favorece este color la resta del año. Por eso ahora, si te gusta, ¡hay que aprovechar! El nude, rosa palo, o recientemente rebautizado rosa empolvado, es un tono que queda un poquito mejor sobre la piel ligeramente bronceada. Este tipo de vestidos, rectos, con cuello a la caja, y poco artificio (sólo dos bolsillos sobre el pecho, que mejor lucirlos si se tiene poquito), ofrece varias posibilidades, ya que se le puede ir añadiendo sofisticación a la carta. Suelto y con una cuña de esparto, con cinturón y taconazo, con algún collar si queremos darle mayor formalidad... En cuanto a la combinación de colores, acepta así mismo diferentes posibilidades. Yo he optado por la más neutra.
31 de julio de 2015
29 de julio de 2015
Top verde agua.
Una mini con gracia y un top de un color dulce y veraniego. Verde agua y blanco, juntos, no son ninguna novedad. Pero tal vez aquí destaca la mezcla de texturas, tejidos y formas. Faldita con volante y parte superior muy trabajada.Puede ser una buena opción para una tarde/noche de terraceo, ¿no?
27 de julio de 2015
Larga vida al péplum.
¡Larga vida al péplum! Juego de volúmenes y colores. Una mezcla de verdes, azules, rosas y naranja, divididos en dos partes superpuestas. Así que nada más simple que una camiseta básica, cuando la cita no tiene nada de formal. Y aunque por ese mismo motivo no quería ornamentos, finalmente me decanté por este collar, que empasta a la perfección con uno de los tonos de la falda.
24 de julio de 2015
Vestido blanco y negro.
Dos colores de los básicos, básicos. Ésos que juntos constituyen la pareja perfecta. Ambos en un mismo vestido, rematado con un volante que serpentea desde el hombro hasta casi la rodilla. Para uno de esos eventos que no quieres pasarte y temes no llegar, un salón negro y clutch de un color diferente. Si pretendemos restar seriedad y sobriedad, sandalias de taconazo en color plata, y listo.
21 de julio de 2015
El color de las niñas.
El rosa es un color muy utilizado a la hora de vestir a los bebés. Bueno, en realidad, a las niñas. Son cosas tan socialmente asimiladas que el azul es para los niños y el rosa, para las niñas, que resulta difícil hacer caso omiso de esos prejuicios. Hay gente que huye de esos colores porque los considera infantiles o "ñoños". Pero igual que otros huyen de otros. Por otra parte, está el tono de piel de cada uno y aquellas combinaciones que le van mejor, dependiendo de si ésta es más clara o más morenita. Podemos elegir entre colores fríos o cálidos... En cualquier caso, dicen que para gustos, los colores. Así que yo he apostado en esta ocasión por un look en rosa. Sí, lo confieso, me gusta el estampado de leopardo y el color rosa.
20 de julio de 2015
Navy.
Tiempo de mar, de playa, de blanco y azul, y de rayas marineras. Pero un look navy no necesariamente ha de llevar este estampado. ¿O sí? Mientras que estos dos colores constituyen la base de todo outfit marinero, el tono de los complementos es variable. De hecho, aunque el rojo es su principal aliado, el amarillo viene subiendo escaños desde hace un tiempo. Sin embargo, yo he optado por seguir en la línea más primitiva. Sin aditivos, sin complicaciones. Eso sí, con la dosis necesario de ¡eslabones dorados!
18 de julio de 2015
Falda de volantes.
Mitad de julio. Mucho calor y una faldita de volantes por estrenar. Su gracia sevillana y su precioso color hacen de ella un look en sí mismo. En ocasiones, basta con darte de bruces con una prenda que emane alegría para conseguir outfits con esta luz. Y aunque no era mi intención restarle ni un poquitín de protagonismo, unos tacones con personalidad hacen el resto. Combinarla con blanco no ofrecía error posible, pero seguro que empasta igualmente con otros colores.
15 de julio de 2015
Personal shopper: Summer LWD.
Parece que cuando nos referimos a los LBD - LWD (los típicos vestidos comodín, cortitos, en negro o blanco), estamos hablando de algo aburrido, insulso y que no sirve únicamente para salir del paso. Nada más lejos de la realidad. Un vestido de estas características es la mayor joya que podemos tener en nuestro vestidor porque, no sólo nos puede sacar de un apuro, sino que nos puede sacar de más de un millón de apuros. Y es que, con un par de ellos, podemos obtener una infinidad de looks diferentes para ocasiones bien distintas.
En una época en que el nacimiento del effortless chic ha eclipsado cualquier asomo de pompa, nada como tirar de un LWD (little white dress) y acompañarlo de zapatos y complementos dispares para seguir la tendencia al tiempo que optimizamos nuestro vestuario. En ocasiones tenemos la solución ante nuestros ojos pero no somos capaces de dar con ella. Es entonces cuando precisamos los consejos de una personal shopper. Ir de shopping nunca debe ser algo de urgencia para solucionar un "no tengo nada que ponerme" desesperado. Lo normal en esos casos es que compremos algo que realmente no nos sienta bien, no nos vayamos a poner más o no vaya con nosotras. Y por eso la importancia de configurar un magnífico fondo de armario. Para no derrochar nuestro dinero ni nuestro tiempo.
No sé vosotras, pero yo ya he hecho alguna visita a las rebajas. Sin ansias locas ni desenfreno. Con calma, ojo y observando atentamente las prendas y las futuribles bajadas de precios. No es necesario cargar el primer día, a no ser que se nos presente ante nuestros ojos aquello que ansiábamos con todas nuestras fuerzas y que de momento ya está considerablemente reducido. Hoy os traigo un solo vestido y dos outfits. Enfocados a dos ocasiones distintas o a dos estilos opuestos, y os invito a inclinaros por un de ellos.
10 de julio de 2015
Denim playero.
En verano evito los vaqueros en la medida de lo posible. Sólo pensar en meterme en unos pitillos me produce calor. Así que como me encanta el denim, tiro de shorts, pichis o camisas de este tejido. Este pichi vaquero es perfecto para un paseíto playero. Y me alegré cuando me lo encontré en el armario porque, de verano en verano, a veces se nos olvida la ropa que tenemos. A mí por lo menos. Qué placer esto de que los días sean eternos. Dan tanto de sí que a veces creo que son infinitos e incluso ¡me siguen faltando horas! En cualquier caso, hay que disfrutar de cada minuto... Cada uno, a su manera.
8 de julio de 2015
Vuelta al bañador.
Hoy puedo decir que el verano ya ha empezado para mí. Soy consciente por fin. Había tenido que dejar la actividad física a un lado unas semanitas, y aunque la afición no me viene de largo, he de confesar que necesitaba reanudarla urgentemente. Así que a las 7 ha sonado el despertador para escaparme a correr. Sinceramente ni me acordaba para qué había puesto la alarma, pero con el calor que hacía en la cama, lo que apetecía era saltar de ella. Ahora ya tengo energía para el resto del día, y lo acabaré con un bañito en la playa, como el de ayer y como el de mañana, y pasado..., hasta que llegue septiembre.
Por fin he podido estrenar mi bañador nuevo. No recuerdo cuál fue la última vez que me compré uno. Desde que el bikini lo desbancó, ningún bañador había ocupado otra mi vez mi corazón..., ni mi armario. Pero este año es el año. Retro y femenino, el traje de baño puede ser una buena alternativa al bikini y no tiene nada que envidiarle. Y aquí está el mío. No sé cómo lo consigo, porque no lo voy buscando, pero el estampado de leopardo me persigue... Esta vez, combinado con un bonito estampado de flores.
6 de julio de 2015
Un bañito al caer la tarde...
Uno de los pequeños grandes placeres que nos ofrece el verano y la costa. Un bañito a última hora de la tarde, cuando la playa se ha quedado libre de rastrillos, palas, castillos, mamis llamando a sus peques para que no se escapen... Porque llevar a los niños a la playa es una gozada, pero meterse en el agua, dejarse llevar por las olas y tumbarse en la arena sin hacer nada, pensar en nada ni oír nada... Tampoco viene mal de vez en cuando. Tiras de toalla y refresco, lo metes en el capazo, y sales pitando.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)