Hoy las estolas se han quedado en el fondo del baúl. Este día tan bonito era idóneo para lucir un
vestido camisero. Está claro que este tipo de
vestidos lucen más sin ninguna prenda superpuesta, de modo que hay que aprovechar las altas temperaturas, porque en breve resultarán insuficientes (aunque tengo en mente darle otro uso). Si hace un par de semanas llevé este
vestido camisero con sandalias de tacón y
bowling, todo en azul, y el pelo recogido en una coleta, hoy toca zapatos nude, bolso marrón y alisado. Modificando un par de cosas hacemos que nuestras prendas y estilismos tengan un aire distinto y no nos cansemos de ellas.
Zapatos: La Redoute.
Cartera: Bershka.
Gafas: Ray Ban.
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