En esta zona del Mediterráneo, hemos de esperar varias semanas para lucir aquello que en otras localizaciones más frescas han estrenado hace un mes. Mientras que las medias mangas, camisas, blazers o el trench pasean ya de la mano de muchas fashionistas, por aquí hemos de esperar a mediados de octubre para empezar a estrenar cositas que hemos comprado hace un par de meses. Éste es el caso de este vestido camisero que compré allá por el mes de agosto y que todavía no me había puesto por las elevadas temperaturas. El domingo, por fin, lo saqué a pasear. Siento debilidad por los vestidos camiseros, y más aún si tienen bolsillos. Son cómodos, femeninos y elegantes. Lo combiné con mis sandalias azules, a las que les estoy sacando mucho más rendimiento de lo que me pensaba, y el bowling del que estoy totalmente enamorada. En cuanto al peinado, cuando llevo camisa o vestidos de este tipo prefiero recogerme el pelo en una coleta. Así queda más despejado y no se van metiendo mechones dentro del cuello de la prenda.
Vestido: Oxygène
Bolso: Purificación García
Sandalias: Zara.
Cinturón: Lefties
Gafas: Vogue Eyewear
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